CONFERENCIA ANUAL DE LA EUROPEAN BAPTIST FEDERATION YOUTH AND CHILDREN “CONNECT 2020” EN TALLINN, ESTONIA

      Como está siendo la tónica de estos últimos años, nuestro Ministerio de Juventud UEBE ha estado presente en una nueva edición de la Conferencia EBF Youth and Children, cuyo nombre hacía honor al propósito de la misma, esto es, la de conectar cada una de las uniones juveniles de veinte países europeos en torno a la comunión fraternal, el trabajo en equipo desde principios bíblicos prácticos y la adoración a Dios. Desde el jueves 16 al domingo 19, responsables de las áreas de juventud e infancia de toda Europa hemos podido participar de un hermoso y fantástico tiempo de aprendizaje, conocimiento mutuo y conexión.  

      La recepción y bienvenida de nuestros anfitriones fue realmente exquisita. No nos faltó de nada y todos los detalles fueron cuidados al milímetro. En nuestra reunión de apertura pudimos presentarnos y tuvimos intervenciones tanto del presidente como del secretario general de la EBF. El lugar en el que se llevaron a cabo nuestros encuentros fue la facultad de teología bautista en Tallinn, y su rectora también nos trasladó sus mejores deseos para la conferencia. El espacio invitaba a volver a saludar a hermanos y hermanas conocidos de otros años y a entablar nuevas conexiones con personas que asistían por primera vez a estas conferencias. 

      Ya entrados directamente en la materia que iba a tratarse a lo largo de los siguientes días como tema central, tuvimos la visita de Lucy Moore, representante de un proyecto de discipulado e iglesia conocido como “Messy Church”, algo así como “Iglesia Desastre”. Básicamente se trata de una idea más abierta de lo que es la iglesia formal, dado que se busca tener un encuentro mensual fuera de los servicios religiosos habituales, en el que se promueva la conexión intergeneracional y la invitación a personas no creyentes, por medio de actividades lúdicas, creativas y musicales. Más tarde, como mentor de Horizontes EBF, compartí unas breves palabras de ánimo e ilusión con el resto de representantes europeos acerca de este programa de liderazgo juvenil que hay que seguir potenciando y publicitando. También se nos informó de otro proyecto llamado “Vienna Project” en el que se ofrece la posibilidad de que jóvenes interesados en la misión puedan pasar un año entero en Viena a fin de completar un seminario que abarca numerosas asignaturas de teología. 

Lucy Moore y «Messy Church»

     El sábado tuvimos la ocasión de conocer mejor el modo en el que la unión estonia aborda asuntos como la misión, el discipulado y el trabajo juvenil. Después de comer nos dirigimos a la Ciudad Vieja de Tallinn para pasear bajo la lluvia y el frío por sus medievales callejuelas. Fuimos unos privilegiados al poder subir a la torre de la Iglesia de San Olaf, ya que normalmente solo abre de mayo a octubre, cosa que entendimos cuando llegamos a la cúspide de la misma. El viento, la lluvia y el frío eran casi irresistibles, pero las vistas merecieron la pena. Para rematar el día, se nos propuso cenar en un lugar espectacular, pudiendo seguir conociéndonos, estableciendo conexiones para futuros proyectos de intercambio.  

     El domingo nos dejó ver un poco de sol entre tanto nubarrón. Nos dispusimos a celebrar el día del Señor en una iglesia de las afueras de Tallinn, una experiencia encantadora e inspiradora que sigue manifestando que, más allá de nuestras distinciones culturales e idiomáticas, somos un solo cuerpo en Cristo. Ya volviendo a la Facultad Bautista, los delegados de cada unión juvenil votamos el informe anual de finanzas y elegimos a un nuevo miembro de la Junta Directiva de EBF Youth and Children, Samantha Post, procedente de Alemania. A lo largo de las conferencias, no dejó de haber instantes y personas que nos rogaran que próximamente pudiéramos albergar en nuestro país un encuentro de estas características.  

       Para despedirnos, disfrutamos de una Santa Cena muy especial a cargo de Tony Peck, el cual, magistralmente, nos guio en la Palabra de Dios sobre el significado de esta ordenanza cristiana. Con algo de tristeza en el corazón, nos fuimos saludando sabiendo que, si Dios así lo permite, el próximo año podremos encontrarnos en Sofía, Bulgaria. En resumen, el Señor nos volvió a mostrar lo valioso de considerarnos en la unidad y el amor por nuestra juventud europea. 

Culto de Adoración en la capilla de una iglesia a las afueras de Tallinn